Según un estudio de una endocrinóloga israelí, la covid-19 afectaría más gravemente a aquellas personas que se alimentan mal. Parece ser que la nutrición juega un papel importante a la hora de enfermar severamente.
La doctora Mariela Glandt afirma rotundamente que no solamente la edad avanzada es factor de riesgo en la COVID-19, sino también la obesidad, la diabetes, la tensión alta y las enfermedades cardiacas.
“Y lo que es evidente y casi nadie señala es que la mayoría de esas dolencias están relacionadas con lo que esas personas comen”, indica la doctora Mariela Glandt, quien decidió compilar su conocimiento e investigaciones cuando le quedó claro lo siguiente: “La alimentación es el mayor riesgo de coronavirus y nadie está hablando de ello”
Glandt, que es endocrinóloga y especialista en diabetes y graduada en las universidades de Harvard y Columbia en Estados Unidos, recientemente ha publicado el Libro “Cómo comer en los tiempos de Covid-19”. La experta coincide con otros muchos especialistas, que estudian el virus desde hace seis meses que inició la pandemia, que se debe fortalecer nuestro sistema inmune para que si contraemos covid-19, las consecuencias sean mucho más leves.
Y para robustecer nuestro sistema inmunológico, la clave está en la alimentación.
Un trastorno metabólico ocurre cuando hay reacciones químicas anormales en el cuerpo que interrumpen este proceso. Cuando esto pasa, es posible que el cuerpo tenga demasiadas o muy pocas sustancias que necesita para mantenerse saludable. Un ejemplo de trastorno es la diabetes.
Con respecto al virus, aún se están investigando todos los elementos en juego, pero que lo que es seguro es que la resistencia a la insulina y la obesidad son grandes destructores del sistema inmune, según señaló la endocrinóloga.
Las personas con alguna de estas características son más vulnerables a la enfermedad y, si se contagian, el coronavirus les hace más daño que a otras.
“Las buenas noticias son que estas disfunciones se pueden modificar rápidamente”, indicó la doctora.
Las enfermedades relacionadas con la alimentación requieren soluciones relacionadas con la alimentación también. “Las enfermedades metabólicas se caracterizan primordialmente por un exceso en la ingesta de azúcar, carbohidratos y aceites vegetales”.
Todos ellos provocan un rápido aumento de la hormona insulina y podrían conducir a una resistencia a la insulina y a otros desequilibrios hormonales.
La doctora señala a la comida rápida como el gran culpable de las malas costumbres alimenticias de tantos países occidentales, que ven aumentar la obesidad en su población.
La comida basura sin nutrientes, comida procesada llena de azúcar y aceites vegetales, las sodas y zumos de fruta -también los naturales-, deberían sustituirse por comidas que no destruyen el metabolismo.
Un ejemplo de ellas son las que componen la dieta ketogénica, muy baja en carbohidratos, con muy poca fruta y sin arroz ni legumbres. “Evitar los carbohidratos es el mejor modo de romper el ciclo de subidas de insulina y resistencia a la insulina”, señala la endocrinóloga.
La doctora indica que sus pacientes disfrutan de vegetales, pollo, pescado, huevos, carne, aceite de oliva y lácteos en abundancia, que pierden peso y que su metabolismo se recupera en poco tiempo y recuerda que en tiempo de pandemia la dieta adecuada debe ser la prioridad.
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