Hasta hace poco tiempo se desconocía el vínculo existente entre la periodontitis y la enfermedad cardiovascular (angina, infarto y muerte cardiovascular). Sin embargo, la reciente creación de grupos cardio-odontológicos de trabajo ha llevado a un mejor conocimiento de la enfermedad periodontal (EP) y sus vínculos con la enfermedad cardiovascular (ECV). Y es que ambas entidades tienen un nexo fisiopatológico común: la inflamación.
Antes de continuar es necesario matizar que una cosa es la gingivitis (una inflamación aguda de las encías) y otra la EP o periodontitis en donde la inflamación gingival está provocada y sostenida por agentes bacterianos. La diferencia entre ambas es que la gingivitis no afecta al anclaje de la pieza dentaria mientras que la periodontitis destruye el hueso maxilar y mandibular agrandando los alveolos donde se aloja el diente que finalmente se desprende espontáneamente de su inserción y cae.
La EP y la ECV se interrelacionan entre si y se retroalimentan. Se sabe que la EP es más prevalente en personas mayores, que afecta más a hombres que a mujeres, que su incidencia es mayor en la raza afro-americana y que tiene claros vínculos genéticos transmitiéndose esta tendencia de padres a hijos. Por el contrario, la ECV tiene su origen en la arterioesclerosis que, a su vez, está potenciada por la inflamación. De ahí los vínculos entre EP y ECV.
Ambas entidades comparten factores patogenéticos comunes, entre los que cabe destacar el tabaquismo, la diabetes, la obesidad, el estrés, la edad avanzada, determinados polimorfismos genéticos, el estatus socio-económico, el autocuidado y limpieza dental y la condición masculina.
Numerosos estudios han demostrado que un tratamiento agresivo de la EP (antibióticos, raspado y alisado gingival, etc.) disminuye rápidamente los niveles de agentes inflamatorios en sangre como la proteína C reactiva ultrasensible, la procalcitonina, las citoquinas pro-inflamatorias y el recuento de glóbulos blancos.
Un paciente, con la ayuda de un test sencillo como el que se inserta en este post, es capaz por sí solo de diagnosticarse a sí mismo la EP en base a una serie de signos y síntomas puntuables en una escala de riesgo.
Todos los odontólogos aconsejan revisiones periódicas para evaluar la salud buco-dental. Ahora, además, recomiendan acudir al cardiólogo ante la presencia de EP del mismo modo que el cardiólogo debe invitar a sus pacientes con ECV a acudir al odontólogo para revisar el estado de su dentadura y sobre todo la de las encías.
En la clínica BlueHealthcare de Madridlas Áreas de Odontología y Cardiología trabajan conjuntamente para rebajar las altas tasas de morbilidad cardio-dental haciendo un eficaz trabajo de prevención y tratamiento para solucionar un grave problema de salud que afecta a más del 90% de los adultos españoles de ambos géneros.
Este texto ha sido elaborado por el Dr. José Luis Palma Gámiz, Director del Área de Cardiología de la Clínica BlueHealthcare.